Mi primera pubertad! Maldita testosterona!

Ya habrás viso en otras entradas, que no me fui muy bien en la niñez y a principios de la secundaria. Bueno, para éste entonces en la época en la que nos vamos a situar, ya había idealizaciones suicidas y haber tratado dos veces de suicidarme. No lo conseguía por el miedo que me representaba el no saber que pasa más allá. Ya me imagino lo que haz de pensar, si eres una persona cis-hetero- normativa. No comprenderás el dolor, el miedo, la tristeza y la frustración por la que pasamos. Es un miedo a ser lastimada, rechazada, golpeada, ignorada a que te confinen a la soledad y al destierro familiar.
Si las personas que te dicen amar, como tu familia, no te acepta con ese amor que dicen tener, ¿qué más puedes esperar de la sociedad y el mundo?
Mi pareja dice mucho, que las personas trans son como un filtro de amor, los que verdaderamente te aman, no les importa el envase.
En fin, cuando te estas levantando y asimilando la poca aceptación de la familia, por alguna estúpida razón creemos que la sociedad nos abrirá las puertas y nos recibirán con alegría.
Ya sabes, como si al bajar del avión, te suben a una limusina con el techo descubierto. Tú con un vestido ultra fino y hermoso que un diseñador de renombre hizo exclusivamente para ti. Viajas por las calles de la ciudad y todo el mundo te saluda, te grita cosas bellas, te manda besos y arrojan flores por donde anda la limusina. Muchos fotógrafos, y la gente se asoma por todas las ventanas de los edificios gritando tu nombre y de fondo tu canción favorita que te hace super feliz. Yo amo a Elvis y la canción "Suspicius Mind" (https://www.youtube.com/watch?v=RxOBOhRECoo)... así como va la canción te vas imaginando las escenas.
Y de un momento a otro... Se oye el tono de cuando se raya el disco, fuera música, silencio total, desaparece todo el mundo, desaparece la limusina y los flash de los fotógrafos. Te observas y no hay vestido, tu piel esta sucia, lacerada, sangre en las rodillas, y los nudillos de las manos a reventar la piel. Tocas tu rostro y está húmedo de lágrimas. Te ves más delgada de lo normal y el único ruido fuerte que escuchas, es el alarido de tu estómago vacío, el frío te abraza y la soledad se hace presente. Por un lado, empiezan a salir dedos que te señalan, risas, insultos, gritos y acusaciones. Y por el otro lado empiezan a caerte piedras, palos, zapatos, comida echada a perder y agua sucia.
Son dos realidades extremas expresadas en un sueño, pero es verdad. A muchas personas trans, tienen la gran fortuna de tener a sus familias, a sus padres, a su tíos y amigos. Hacen su transición sin problema y son aceptados desde muy chicos. Se les da todo lo necesario, se le apoya y hasta se les empuja a salir adelante, y sino pueden, ahí estás los padres para recibirle y volverle a levantar. Por lo general, son más en los hombres trans que en mujeres trans donde se ve este comportamiento de la familia. Es de meditar un poco sobre la crianza y se verá el resultado inmediato. Aunque existe un mínimo porcentaje de hombres trans que la ven muy difícil y complicado.
Pero hay otros, más en mujeres trans, que son aventados a la calle sin nada, amputados por la familia, rechazados por los que decían ser amigos o incluso la pareja que te decía amar. Es donde muchas caen el las drogas, prostitución y como bien sabemos, hasta muertas en los callejones de las calles.
Retomando, cuando crees que todo va más o menos bien, aparece la P U B E R T A D. Esa mágica, lenta y paulatina transformación para que el cuerpo fue diseñado desde la genética. Sí! Ese cuerpo que no pedimos o fue para lo que nos alcazó el presupuesto o de seguro andábamos distraídas en tonterías cuando se repartieron los cuerpos.
Esta bella y hermosa pubertad biológica empieza a jodernos la vida, a amargarnos los momentos de paz, pues quien en su sano juicio trans, va a tolerar los cambios que no desea.
En el hombre nacido macho siendo mujer trans, empieza a sirgir una voz ronca y sonora como perro con gripe, con falsetes y con caídas arrítmicas y desafinadas al hablar. Es un verdadero susto hablar!! En mi caso evitaba mucho decir palabra alguna, quizá de ahí el volverme muy callada.

Suspiramos, y aparece el segundo y terrorífico personaje en el escenario de la pubertad y de los caracteres sexuales secundarios. Los espantosa y horrible familia "vellos por donde quier", iniciando su aparición los vellos peleados de la barba y los lacios del bigote. Seguida de los vellos del que será el "macho de pelo en pecho" acabando su aparición el las legendarias piernas del infrahumano. Nos llenamos de vello el no cuerpo bien femeninamente deseado.

En el siguiente acto, llega el menos deseado, el que nadie le gusta tener cerca tras un día haciendo ejercicio debajo del sol. Exacto! El apestoso sudor a masculino humano en su jugo, ese olor de hombre mojado en sudor y sazonado con testosterona. Y no se diga del fantasma nocturno, ese también esta dentro del escenario de la pubertad, es el fantasma que nos incomoda porque se estira hasta donde puede, y en ocasiones nos deja un regalo tan desagradable en la ropa interior. ¿Ya sabes a lo que me refiero? Si! se llama erección y eyaculación nocturna. Mientras estamos en éste escenario de la pubertad, el productor y  directo conocido como Testosterona, hace su trabajo maléficamente. Altera nuestros pensamientos y necesidades con un simple y conspirativo fin. El de preparar el cuerpo a que se torne muy de hombre macho masculino para la reproducción, la caza y el lucir bolas de músculo por todo el cuerpo con la finalidad de intimidar al oponente y atraer a la hembra, de cazar y defender el territorio donde se mueve. Su maléfico plan radica en aumentar el hambre para generar músculos, la ansiedad de hacer ejercicio para fortalecer el cuerpo y mejorar el crecimiento y desempeño de los músculos, incrementa la libido para sentirse el macho más macho que puede fecundar a todas las hembras del mundo, al menos de la manada.. o bueno, la hembra que se aventura a relacionarse con él. Nuestro macho piensa en la reproducción, pero la hembra en probar que puede ser más que un animal.
Estas referencias son generales, no indica que todos los hombres nacidos machos y masculinos, lo sean.
Todo este escenario puberto se te presenta a temprana edad. Cuando apenas estas tratando de asimilarte y construyendo ese mundo ficticio para lo familiar y social.
En mi caso, ya odiando a ese Dios de dos mil años que decidió por mi y me hizo así, tenia que asimilar ahora el echo de que mi puberto cuerpo estaba teniendo cambios y no conocía forma alguna de detener ese proceso.
Qué pasó entonces?  Bueno, con idealización suicida, dos intentos de suicidio, se tiene un Dios caprichoso y ególatra, no hay apoyo familiar me de que me sentía defectuosa; fue la bala en el cráneo. Me apagué a la vida, a buscar ser feliz, a reír como loca y me sumergí en los libros. Empecé a no hablar ni a ser sociable y menos a salir de mi cueva. Empecé a odiarme y a odiar a todos por ignorantes, por hipócritas y me dejé caer en depresiones. No sé cuantas veces me deprimí, solo sé que lloraba en las noches maldiciendo mi vida. Nunca nadie se enteró de eso, si es que alguien en algún momento se preocupara por mí. Solo me decían que tenía la mirada triste y a veces vacía.
Mis siestas de 3 horas por la tarde y mis largas noches, cuando podía dormir, se les hizo tan cotidiano y decían que eso me pasaba porque estaba en desarrollo. Qué fácil fue para esconder mi depresión y mi verdadero ser. Trataría mas de una vez más suicidarme.

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