Mi primer gusto y mi primer amor.

Ya había superado el que me impusieran una infancia... bueno, realmente no superado. Simplemente aprendí a mentir, a usar una máscara y a crear una realidad falsa para la familia y la sociedad.

¿Será por eso que a las personas Trans nos dicen mentirosas? Esa gente tan hipócrita que prefiere vivir agradando a los demás, se atreve a cuestionarnos. Y cuando están a solas o en manada, atacan tal cual animales son disfrazando una moral doble cara. jajajajajajajaja. Bueno, así lo veo yo. Tú qué piensas?

Bueno, estaba iniciando la construcción de un niño que no era yo. Callado, observando todo, analizando y aprendiendo. Además de tratar de comprender el comportamiento desatado, brusco, incoherente, agresivo y torpe de los niños; me enfoque también en aprender todo de las niñas.

Mis juegos de química y de biología, me estaban desarrollando (a lo que se puede desarrollar en una infancia solitaria), el don de la observación. Y bueno, he de decir que mi madre me ayudó mucho a observar y a analizar. En ocasiones hacia comentarios extraños o fuera de lugar, que me llamaban la atención y me ponían trabajar el cerebro.

Bien, hasta aquí una explicación de como fui desarrollando mis vidas alternas... pero no contaba que mi cerebro en sus procesos de observación y análisis me iban a poner una prueba. Ya en estos entonces, me sabía niña, sabía quien era y lo que sentía; pasarían muchos años para saber que era.

Y...  ¿cómo que pasarían años? ¡Pues sí! Cuando niña, apenas comenzaban a existir las computadoras personales de escritorio. ¿Quién las recuerda? De esas monocromáticas, de diskets de 5 1/2 pulgadas y de sistema operativo externo. Jajajajajaja. ya hoy en día son una reliquia. Pues si ya la imaginaste, comprenderás que ni el Internet existía. Por eso no sabía que era en esos días,

En mis observaciones cotidianas en la primaria, un chico sobresalía de los demás. No era el típico chico que jalaba las trenzas a las niñas, o se agarraba a golpes con los demás niños o se golpeaba solitariamente en la pared como los otros. Este era serio, muy educado, estudioso, guapo y con una sonrisa bella que llenaba el salón de clases. Y esos ojos bellos negros y con una altura superior a los demás. ¡Bien! Ese era el chico que me hacía ir a la escuela... fue de las primeras personas que me gustaron mucho. Me encantaba estar con él y platicar mucho de tantas cosas. Me hablaba de una caricaturas y unos juguetes que ni sabía que existieran. Obvio no, porque me la pasaba encerrada leyendo o imaginando. Pero gracias a él, comencé a salir a jugar con los chicos y chicas de la calle.

Por lo general me juntaba más con las niñas, aprendía a saltar la cuerda, a usar una liga gigante para saltar, el juego de "avión", entre otras cosas. Feliz que estaba. Aclaro, me gustaba mucho, mas no enamorada. El enamoramiento fue después. El recordar esa época, me llena de alegría y de un aire melancólico.

¿Y que pasaba con el bullying? ¿Fui victima del abuso de los demás chicos?
La verdad no. Mi gran estatura y el agarrarme a golpes con mis primos casi todos los días, me ayudo a aprender a defenderme. Mis adorados primos, P y M, son los típicos machitos. En ese entonces era pelear por ver quien tenía la razón o por el supremo control de la televisión. O por quién iba a tener la pieza más grande de pollo frito, el plato con más caldo o los últimos restos de la leche. Gritos, insultos y golpes no predominaban. Más bien eso se desarrollaba tras jugar y en la transición de juego a la comida. Eran una belleza y ternura. Mi familia materna, se crió machista y de carácter fuerte y volátil. Venían de abuelos revolucionarios. Mi abuela adoraba la mesa enorme del comedor, pues en esa mesa, su abuelo pagaba la "raya" o salario a los peones. Y fue en esa misma mesa que comió un famoso revolucionario, Pancho Villa no fue, más bien creo que fue Zapata o a quién carajos le interesa ahora. El caso es que por eso la familia era machista, hasta las mujeres lo eran. Las mujeres de mi familias, alias tías, son estoicas, fuertes, luchonas, aguerridas y a veces rompe huesos. Muy femeninas para vestirse y en su andar en el mundo, pero que nadie le buscara por que topaban con una machista. Entonces como no iba a tener una familia muy peculiar y machista. Y bueno, sin contar las enumeradas veces que se expresaban de las personas diversas. Que con el tiempo se fue calmando y muy de vez en cuando vociferaban contra los Gay. Claro que no era normal saber de lesbianas, mucho menos de mujeres Trans y claro... no existían los hombres Trans. No eran temas que se hablaran de en la familia, predominaban los asuntos sindicales y laborales de pemex. Aburrido!!!

Mi primer amor, hasta cierto punto platónico, fue hasta en la secundaría. Segundo año aproximadamente. Durante el primer año aun la vista se me iba con algunos chicos, mi mente viajaba en querer usar el uniforme femenil y mi lidiar con el problema de que mi taller era de fundición y moldeo de metales... Hasta cierto punto irónico, es como recordar los Simpson en la fundidora. Jaajajajajaja.

Me la pasaba con los chicos, no porque fuera del bando, sino porque muchos se eran chicos guapos, y simpáticos. Algunos eran lo que se dice: buscapleitos, pero otros eran los protectores de la manada. Jajajajaja, perdón, pero el comportamiento en esas edades son muy instintivas y naturales; llueven hormonas por todos lados, y la testo se daba a notar.
Mi paciencia ante esos abusadores o los que querían gobernar el salón de clases, era muy mínima. Solo les decía que a la tercera no iba haber palabras. ¡Y lo cumplía! No me amedrentaban, ni me imponían ningún respeto o admiración. Ya para ese entonces, el golpearme con ellos me era tan natural por la violencia que vivía con mis primos, el haber aprendido a defenderme y porque ya cursaba un tiempo el karate. Y bueno, sumando la rabia y el coraje con el que crecía porque realmente es odioso, ser alguien quien no eres. El desprecio de mi persona, la frustración, el rencor a los padres y el que me quisieran gobernar en todo, se transformaba en una fuerza y unas ganas de destruir todo lo que representaba lo masculino en mi vida, y esos tipos era una de esas cosas que odiaba.

Ya pasando a segundo año, días después de entrar, mi compañera Van, llego transformada. Esa chiquilla muy delgada, tan delgada que parecía romperse al caminar, de ojos orientales y tiernos; y manos como de esqueleto, se presentó totalmente diferente. Yo ya había optado por juntarme más, nuevamente, con las niñas, pero me repelían. Los chicos nos los aguantaba y bueno, bienvenida la soledad nuevamente, en una etapa de crecimiento y desarrollo. Esta chica Van, era la única que me hablaba bien y me ayudaba con mis matemáticas espantosas y con otras materias. En repetidas ocasiones iba a su casa a estudiar y a veces me quedaba a comer, ella y yo solos. Ya había tenido "novias", como tres a lo mucho desde que entre a la secundaria hasta en esos días. No me llamaba nada más la atención que estar con Van. Le soñaba riendo, me gustaba verla feliz, escuchaba atentamente sus historias y me dejaba perpleja ante los gestos y manoteos al hablar. Cuando le platiqué a mi madre sobre Van, me dijo las palabras... Sí,... las palabras... esas que no crees que pudieran escribirse en tu frente y que todos veían, menos tú. Las palabras... ¡estas enamorada! (Mmm, en masculino en ese entonces). Me había enamorado de mi bella amiga Van...

Ah! ¿Qué me pasa, porque un día me gustan los chicos, y al otro las chicas, y yo me sé niña pero me ven como niño? Yo lo sabía!!! Estaba defectuosa y rota!! Pero no me querían componer por que un "Dios" principiante de 2000 años,  me hizo así. Él es el culpable, no yo!! ¡TE ODIO, DIOS CRISTIANO-CATÓLICO-APOSTÓLICO Y ROMANO!

Vaya, más confusiones a mi vida, las depresiones no tardaron en volver a mostrarse y ahora con más fuerza. La idealización suicida aparece en escena. Estaba rota, defectuosa, infeliz y no encajaba en ningún maldito lugar.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Transexualidad, Bolitas y palitos 1.

Mi día D, muerte y renacimiento.

¿Cuerpo equivocado? ¿Quién es culpable?